Todos hemos observado en alguna oportunidad, cuando escuchábamos música, cómo se producía dentro de nosotros un mundo de sensaciones, sentimientos, más o menos elevados según el tipo de música.
Muchos profesionales emplean en sus salas de espera música para que sus clientes estén menos nerviosos o ansiosos. Es que la preocupación y la ansiedad disminuyen cuando nos sentimos acariciados por una agradable melodía.
La buena música puede ser un instrumento interesante para afinar nuestras formas de sentir y elevarnos por encima de la mediocridad acercándonos un poco más al mundo de los grandes ideales.
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